domingo, 1 de marzo de 2009

Mario Bros

¿Qué niñ@/adolescente de los 90´s no jugó Mario Bros?? Si existe un@, no es un niño normal.
A media cuadra de mi casa, estaba "la tienda del viejijto" a la que prefería ir porque tenía maquinitas; es la única etapa de mi vida en la que me gustaba (casi rogaba) que me mandaran a comprar. Es que siendo la hija menor, siempre fui su corre-ve-y-tráeme.
Para mí la onda era Mario Bros 2, y obvio siempre escogía a la princesa. Me gastaba mi dinero y también el cambio del mandado, en comprar fichas (jojo! nada que ver con las tarjetas que ahora se usan en Recórcholis). Era tal mi vicio que me hacía wey al viejito y le daba monedas viejas que ya no valían, revueltas con las buenas y nunca se dió cuenta. Tiro por viaje, mi mamá desesperada porque no regresaba con su encargo iba a la tienda (con toda razón) a regañarme y gritonearme enfrente de los demás niños (ay no! puras vergüenzas). Pero como desde chiquita soy bien macha, me aguantaba el engaño, le daba el mandado y todavía le pedía chance otro ratito nomás para terminar el juego.

Convenientemente para mí, eso influyó para que los Santos Reyes me trajeran el Family, es que a los Santos Reyes que me tocaron no les alcanzaba para el Nintendo de a deveras; pero yo igual fui muuuy feliz.

Recuerdan el ti ri rín ti rin tín tín, tema del videojuego? Pues no van a creer las miles de versiones que encontré, aquí una selección de su servilleta:
(Gracias Nacho por tu cooperación para este post)


Mario Bros Theme, by Bungle Junior (acá como tipo reggae). Me encanta porque hasta tiene los sonidos originales como los de las moneditas y los túneles.




La cumbia de Mario Bros, by "Los Sonorenses". Bueeeeno, sin comentarios el acordeón es la ooonda.




Super Mario Brothers, by Eminence Orchestra. Tan serios y formales ellos...




A capella. Con todo y actuación bien botana.

jueves, 15 de enero de 2009

Revelación: Decisiones

Un día de estos me puse a divagar sobre cómo funciona el estado de ánimo y la forma de ser de las personas... después de muchas reflexiones, me dí cuenta de algo tan enorme y tan simple a la vez, que no lo podía creer: "En todo momento, uno decide cómo se quiere sentir y cómo quiere ser".
Uno está acostumbrado a conocer a la gente por su etiqueta: "ella es la popular, él es el amargado, ésa es la atrevida, ése es el chingón" y uno da por hecho que son así, simplemente porque sí, porque tuvieron la suerte/desgracia, o porque así nacieron.
Pero no... la mente es tan-TAN poderosa.
La gente qe está deprimida, es porque así desea estarlo, la gente que es feliz, también. Alegrías y desgracias nos suceden a todos, en este sentido no hay privilegiados. Uno decide dejarse caer y después decide en qué justo momento quiere levantarse. Uno decide si quiere ser enojón, sociable, traumado, o extroverdito. No es maravilloso? Es que, la gente siempre tiene excusas de por qué es como es: que si la infancia, que si lo traigo en la sangre, que si los padres, que si el dinero, que si la cultura, que si "es más fuerte que yo"... no NOOO, ni madres!! Esas cosas y mil más seguramente influyeron, por supuesto, pero lo increíble es que cada día que te levantas tienes enfrente una oportunidad para dejar de ser infeliz y ser como realmente quisieras ser. A ver Tania, entonces por qué si es tan sencillo, no lo hacemos y ya? Aah muy fácil, pues por Miedo. Claro! es más fácil agarrarte de tu excusa estúpida y quejarte, a fajarte los pantalones y apretarte un ovario. Para todo se necesita constancia y fuerza de voluntad. "El amargado se ha ganado esa etiqueta gracias a que todos los días se levanta sintiéndose así, reniega hasta de la mosca y le hace jetas hasta al espejo si se le atraviesa, en muy poco tiempo lo etiquetaron. Si quieres ser popular, levántate todos los días sintiéndote popular y sonríe, bromea, sé amable, date a notar y estoy segura de que muy pronto te ganarás el título. No es hermoso y tonto a la vez??

Esto es a lo que llamo
"tener una revelación", al hecho de me "caiga el 20", a darme cuenta repentinamente de algo, aunque siempre hubiera estado ahí.
Sí, es algo hermoso y tonto a la vez.